Son las 9 de la mañana, entran los niños y niñas en la clase preguntando si hoy vamos a usar los ordenadores. Se encuentran con los portátiles cargando al final del aula y se entusiasman. Hoy es un día especial, vamos a trabajar con Scratch.

Para nuestro alumnado que, dada la ubicación del colegio (en el Polígono Sur de Sevilla) cada día convive con escasos recursos y una difícil realidad, se presenta una oportunidad que creo que aún no entienden del todo.

Unas semanas atrás ya habían visto un vídeo de introducción para conocer las posibilidades de la herramienta. Desde entonces, hemos estado trabajando nociones tales como los números enteros, la colocación de puntos en el plano y los ejes cartesianos, todas ellas básicas para poder lanzarnos a programar con Scratch.

Comienza la sesión, todo el alumnado motivado aunque algo nervioso porque aún no les había repartido los portátiles. Y de repente se hace el silencio. Donde cualquier otro día tengo que están recordando que para escuchar hace falta estar en silencio, hoy no es necesario. Están espectantes.

Una vez presento la herramienta y explico rápidamente unas breves nociones de lo que vamos a hacer, reparto los portátiles. Unos tardan en encender, otros fallan en la conexión a internet, otros no saben cambiar el idioma y deciden trabajar en inglés… Y mientras tanto, alguien ya ha empezado a hacer hablar al gato. Incluso hay quien ya lo ha hecho andar y girar!!

 patri1

Todos consiguen realizar el sencillo ejercicio que les he propuesto y, cuando llega el director, que es su maestro de lengua, hacen que el gato nos ponga un mensajito… ESTÁN EMOCIONADOS!!

Esa es la sensación que se experimenta cuando se deja de ser un espectador y se empieza a crear. Utilizan el ordenador de forma distinta. Pueden dar vida a su imaginación y mostrarla al resto. Son los dueños de sus historias, aunque de momento tan solo hagan hablar a un gato…

patri2

Aunque aquí no termina la clase, al día siguiente nada más recibir a mis alumnos y alumnas muchos me cuentan que en casa han estado jugando con Scratch, y han conseguido nuevos logros…

Mi reflexión es que hemos aplicado conocimientos de otras áremas (lengua, matemáticas, …) en el uso de una herramienta que, además de fomentar su capacidad de razonar y su destreza en el uso de las TIC, ha conseguido motivar al alumnado considerablemente. ¿Será la novedad o esta forma de enseñar les engancha?. Dentro de poco lo sabremos…