Este verano, de camino a disfrutar unas vacaciones en familia, Nacho me pregunta en el coche: Papá ¿cómo funcionan los semáforos? Realmente él ya sabía qué significaba cada color o cuando puede o no pasar un coche. Su interés estaba en saber cómo funcionaban por dentro. Qué hacía que esas luces se encendieran o apagaran…

Y como no hay mejor manera de aprender que haciendo le propuse construir uno en cuanto regresáramos. Así que Nacho quedó encantado con la idea y estuvo todo el viaje dándole vueltas al tema.

Después de unos días, al llegar a casa, por fin teníamos tiempo (y nuestro kit de Crumble) para ponernos mano a la obra.

Lo primero que hicimos fue nuestro propio prototipo del semáforo en una cartulina. Para ello nos ayudamos de Internet e hicimos una búsqueda de imágenes que nos inspirara. Realizamos el boceto, lo pintamos y lo recortamos.

prototiposemaforo2 prototiposemaforo

A continuación, utilizamos Crumble para construir toda la electrónica. Si aún no conoces Crumble, te recomiendo que leas esta entrada de nuestro blog. El primer inconveniente que tuvimos fue que sólo teníamos dos sparkles (placa con un led), así que ideamos un semáforo de dos luces. Los pasos seguidos en la conexión de los dispositivos que necesitamos fueron los siguientes:

crumbleconexionesTwo-Sparkles-to-Crumble

  1. Conectar la fuente de alimentación que dará energía para que todo funcione. Para ello, en nuestro kit, tenemos una caja negra con tres pilas y de la que salen dos cables. Estos hay que conectarlos a las entradas de Power In de la placa crumble. En nuestro caso hemos conectado el rojo en el «+» y el negro en el «-«.
  2. Conectar un led a la placa Crumble. Para ello usamos tres cables, dos para la alimentación que irán conectados al Power Out en los conectores “+” y ”–“ y otra que irá conectada a la toma digital “D”, que permitirá determinar qué led queremos programar. Para esta última hemos usado el cable blanco.
  3. Conectar el segundo led a continuación del primero. Para ello usamos los conectores que quedan libres en el primer led y los conectamos con los del segundo, utilizando la misma secuencia de colores y los mismos conectores “+”, “-” y “D”.

El resultado fue este:

conexioncrumble   conexioncrumble2

Sencillo, ¿verdad? Quizás lo más complicado fue conectar los cables, porque el conector tipo “cocodrilo” es más complejo de lo que parece, sobre todo si tienes 5 años 😉

Con todo conectado, el siguiente paso fue el más interesante: programar la placa Crumble para que los leds hagan lo que queramos. Para ello usamos el software que permite programarla. Como ésta era una tarea compleja para la edad de Nacho, le propuse las siguientes tareas:

  1. Determinar qué instrucciones íbamos a necesitar. Con ayuda, fuimos viendo las distintas opciones que teníamos. Habían dos instrucciones que Nacho tenía claro que eran necesarias: la que permite encender el led y la que lo apagaba. A esas añadimos otras como: instrucción de espera, comienzo del programa o bucle por siempre.instruccionessemaforo
  2. Pensar cómo queremos que funcionen las luces. Para la primera versión de nuestro programa, llegamos a la siguiente conclusión:
  • Apagar el led 1 y encender el led 0 con luz roja y esperar 5 segundos
  • Apagar el led 0 y encender el led 1 con luz verde y esperar otros 5 segundos.
  • Repetir estas instrucciones continuamente.

Este es el código:
codigosemaforo

A partir de aquí fuimos mejorando el código para, por ejemplo, hacer que las luces parpadeen antes de cambiar de un led a otro o incluso que el led rojo cambie a naranja antes de apagarse.

codigosemaforofinal

Una vez que comprobamos que nuestras luces funcionaban correctamente, tan solo nos quedó integrar los leds en el diseño del semáforo que habíamos construido. Con un poco de cinta aislante y unos agujeros terminamos nuestro proyecto.

Como veis, Crumble no solo permite dar vida a nuestras ideas programando, sino que además es la excusa perfecta para aprender y pasar un tiempo maravilloso con nuestros hijos

Estoy seguro que la “estética” del semáforo no es la mejor o quizás su funcionamiento pueda ser mejorado, pero lo que está claro es que Nacho va a recordar esta lección siempre y es que, como decíamos al principio,

no hay mejor manera de aprender cómo funcionan las cosas que haciéndolas”.