Siguiendo con el trabajo que estamos realizando con el alumnado de secundaria del IES Gonzalo Nazareno, a través del cual los estudiantes están aprendiendo a programar, hoy hemos dedicado la clase a la actividad «programado para bailar». Esta actividad (planificada gracias al libro  A design-based introduction to computational thinking with Scratch) consiste en lo siguiente:

1. Se han formado cuatro parejas, de manera que cada pareja está compuesta por alguien que va a dar instrucciones (guía) y alguien que va a recibir instrucciones (guiado).

2. Los miembros de las parejas que que serán guiados no pueden visualizar el vídeo que le ha sido asignado.

3. Cada guía debe describir a su compañero de pareja (¡usando sólo palabras!) cómo realizar la secuencia de pasos de baile mostrada en el vídeo.

 

 

Aquí tienes otros dos ejemplos más avanzados: baile 3 y baile 4.

La verdad es que la actividad ha sido muy divertida y muy instructiva, y el debate final, en el que hemos tratado de contestar las siguientes cuestiones, también ha resultado muy enriquecedor:

  • ¿Qué tiene de complicado y de sencillo ser el compañero guía?
  • ¿Qué tiene de complicado y de sencillo ser el compañero guiado?
  • ¿Qué tiene de complicado y de sencillo ser el observador?
  • ¿Cómo se relaciona esta actividad con lo que estamos haciendo con Scratch?

 

A partir de ahora, cuando nuestros personajes no hagan lo que nosotros esperábamos no utilizaremos más la frase «¡es que no me hace caso!», ya que nos daremos cuenta de que el problema debe encontrarse en la secuencia de  instrucciones que hemos utilizado.

Es posible hacer una adaptación de la actividad para que, en lugar de realizar los bailes de los vídeos, sea alguien de la clase quien se invente un baile que el guía tendrá que dictar al guiado, tal como contamos en este vídeo:

 

Imagen de cabecera de Scotto Bear