ABN y Scratch para el aprendizaje de las matemáticas

Ana de la Fuente. @anuska72

Cuando yo nací no había calculadoras. Todos los días iba con mi madre a comprar el pan y recuerdo cómo hacían las sumas en un trozo de papel que luego mi madre repasaba. Por aquel entonces tenía todo el sentido aprender métodos eficaces de cálculo, los que la mayoría conocemos como algoritmos tradicionales.

Si echamos un vistazo a la historia de las matemáticas, la suma de números naturales aparece incluso antes que la escritura. La necesidad de contar días, siembras, rebaños, trueques, etc., hizo al hombre utilizar herramientas muy rudimentarias como piedras, muescas o nudos. A lo largo de la historia y del intercambio cultural entre unas civilizaciones y otras se desarrolló el sistema de numeración que conocemos y el desarrollo de los algoritmos utilizados para las operaciones aritméticas básicas. Fue un trabajo de numerosos matemáticos que optimizaron los procesos de cálculo hasta llegar al que hoy en día conocemos.

Sin embargo estos algoritmos no tienen sentido hoy en día, han perdido su utilidad, pues ya casi nadie saca lápiz y papel para hacer la cuenta… ¿Tiene sentido, entonces, seguir enseñando a los niños a calcular de esta manera? ¿Tiene sentido enseñar estos algoritmos optimizados, alejados de la manera natural que tiene el niño de contar? ¿No cobra más importancia el cálculo mental, la aproximación? ¿Cómo aprenden los niños las operaciones básicas? ¿Entienden lo que hacen? ¿Lo aplican en la resolución de problemas?

ABN, algoritmos abiertos basados en números

La utilización de algoritmos ABN, abiertos basados en números, en la enseñanza de las matemáticas en los más pequeños está dando resultados asombrosos, mejorando tanto la capacidad de cálculo como la aplicación de estos en la resolución de problemas. Cada niño puede avanzar a su ritmo, afianzando sus propios cálculos, las descomposiciones de números y entendiendo de una manera mucho más natural las operaciones básicas y sus propiedades.

Una de las cosas más importantes en la introducción al niño en las matemáticas, es la utilización de material manipulativo, el niño necesita tocar para poder abstraer el concepto de número. Una vez manipulado, con cualquier tipo de objetos, podemos pasar a la representación gráfica y dejar al niño que relacione objetos, cantidades y grafías o representaciones. Ahora tiene las herramientas para avanzar, investigar y descubrir propiedades que tienen los números.

En esta línea de aprendizaje, tiene sentido la utilización de una nueva herramienta: Scratch y la iniciación a la programación. Yo veo Scratch como un laboratorio donde podemos avanzar, investigar y descubrir muchas matemáticas. Un verdadero escenario de aprendizaje que en manos de los niños, puede significar un maravilloso trampolín que les permita desarrollar toda su creatividad aplicando conocimientos previos para trabajar todo tipo de resolución de problemas en diversos contextos dentro de un entorno gráfico, digital y social.

Si hablamos en términos de competencias clave, no encuentro mejor herramienta para llevar al aula. En este sentido he intentado acercar Scratch al ámbito educativo.

¿ABN y Scratch? Sí, y ¿por qué no?

Aprovechando el curso que realizamos en el CFIE de Ciudad Rodrigo sobre el método ABN, tuve ocasión de realizar algunas actividades en Scratch. Está claro que al hacerlo la que más aprendió fui yo, pero quizá con ello podría facilitar el aprendizaje de algunos algoritmos ABN. Los proyectos te permiten la interactividad con el usuario, guiarle en la práctica, y corregir los errores de cálculo. Los errores, dicho sea de paso, son la base fundamental para el aprendizaje, así como la repetición y la práctica. El entorno Scratch facilita, motiva y anima en la repetición de estos cálculos.

Todos estos proyectos están recogidos en este estudio, y en los próximos días iremos publicando nuevas entradas explicando cada uno de los proyectos, sus objetivos, sus características, y el uso que puede hacerse de ellos en el aula.