Ayer hablábamos de cómo está funcionando la asignatura Computing en Inglaterra, una de las naciones pioneras en el movimiento de llevar la programación a la escuela, desde donde llegan signos poco prometedores y bastantes quejas de los docentes. Hoy vamos a hablar de los casos de Estonia y Finlandia, donde se han seguido otros caminos y otros enfoques.
Estonia fue el primer país Europeo que comenzó a llevar la programación a las aulas de la educación primaria. No obstante, en lugar de crear una nueva asignatura específica, como es el caso de Inglaterra, en Estonia defienden que la programación debe ser un recurso para el aprendizaje de otras materias. En el año 2012 crearon la iniciativa ProgeTiger, coordinada por la Fundación Informática para la Educación (HITSA) en colaboración con el Ministerio de Educación e Investigación, para dar soporte a los docentes que quisiera usar la tecnología en sus clases. Entre los objetivos de ProgeTiger se encuentran desarrollar metodologías y métodos sobre cómo integrar la programación en el currículo, ofrecer servicios de información y promoción para docentes y directores de las escuelas, desarrollar materiales de aprendizaje y cursos de formación, apoyar a los tecnólogos educativos, y organizar concursos, seminarios y conferencias. Además, el gobierno ofrece financiación para que las escuelas puedan adquirir el equipamiento necesario para poder introducir la programación y la robótica.
En Estonia, por tanto, los centros escogen si quieren comenzar a usar la programación en sus clases para trabajar en las distintas áreas del curriculum. Y si se animan a dar el paso, reciben financiación para equipamiento, formación, materiales educativos y otros recursos. ¿Cuál ha sido la acogida por parte de los docentes? Desde luego, masiva, ya que desde 2012 el 80% de los centros educativos del país ha participado en el programa ProgeTiger. El próximo mes de marzo el HITSA va a publicar un informe con información mucho más detallada sobre el uso de la programación en los centros educativos adheridos al programa. Estaremos atentos a su publicación y compartiremos los resultados.
Aunque no disponemos aún de este informe, en febrero de 2015 tuvimos la oportunidad de participar en el Congreso IEEE Global Engineering Education Conference, que se celebró en Tallin, gracias a una investigación que realizamos junto a la URJC. La Conferencia fue inaugurada por el entonces presidente de Estonia, Toomas Hendrik, quien defendió que la extraordinaria mejora que su país había experimentado en las pruebas PISA se debía en gran medida al uso de la programación como recurso educativo, y animó a todos los países participantes a seguir este camino.
Finlandia ha mantenido un enfoque más pausado que otros países con respecto a la introducción de la programación. Si bien en 2014 ya tenían un nuevo curriculum en el que se incluyó la programación, esta nueva normativa no entró en funcionamiento hasta el este pasado septiembre de 2016, de manera que centros educativos y docentes tuvieran dos años para prepararse para el nuevo curriculum. Parece sensato, ¿verdad? Quizás no sea tan mediático como lo de Inglaterra, eso sí, pero quizás sea un enfoque más efectivo…
De hecho, durante el encuentro europeo sobre enseñanza de la informática en el que participamos en junio de 2015, más de una año antes de la entrada en vigor del nuevo curriculum, Jukka Tulivori, del Finnish National Board of Education, ya nos contaba que habían puesto en marcha un programa de 8,5 millones de euros al año para formar docentes, y que en las universidades ya estaban incluyendo la programación en los programas de formación de los futuros maestros y profesores.
En Finlandia, aunque la programación y el pensamiento computacional es obligatoria para todos los estudiantes, desde primero de primaria y hasta el último curso de secundaria, tampoco han creado una asignatura específica sobre programación. Lo que han hecho ha sido incluir estos contenidos en diferentes áreas, de forma especial en matemáticas, con el objetivo de que la programación sea un recurso para la adquisición de las competencias transversales del curriculum, como aprender a aprender, competencia cultural, multi-alfabetización o emprendimiento.
Evidentemente, tan solo unos meses después de su puesta en marcha, no hay demasiados datos sobre cómo se está implantando el nuevo curriculum. Pero por lo que hemos hablado con otros colegas finlandeses y por lo que vemos en las redes sociales, nos aventuramos a pronosticar un éxito mayor que en otras regiones.
Como vemos, en Europa se están siguiendo diferentes modelos en relación a la programación y el pensamiento computacional en la educación, tanto en lo relativo a la obligatoriedad de estos contenidos, el nivel educativo donde se introducen, su enfoque como asignatura propia o como recurso educativo, o el tipo de financiación con el que se dota la iniciativa. Desde nuestro punto de vista, esta falta de estandarización se debe, entre otros motivos, a una escasez de investigaciones rigurosas en este campo que utilicen herramientas y metodologías actuales. Por ello, seguiremos desarrollando este tipo de investigaciones junto al grupo KGBL3 de la URJC para tratar de ofrecer evidencias que ayuden a los responsables educativos en la toma de decisiones sobre esta cuestión.
La imagen de cabecera es una obra derivada de esta y esta imagen.
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