¿Cómo enseñar el Sistema Solar a niños y niñas de 1º de Primaria? ¿A que sería genial descubrirlo siguiendo a un robot astronauta? Eso mismo pensó nuestra compañera Patricia Flor, cofundadora de Programamos y que es además maestra de Primaria en un centro de la Provincia de Sevilla.

«Quería motivar a mis alumnos con algo diferente y un post de Jorge Lobo (@lobo_tic) maestro del CEIP Lope de Vega de Madrid y uno de los miembros más activos de la Comunidad Programamos me dio la idea», nos comenta Patricia.

El primer paso fue implicar a toda la clase y a sus familias en una pequeña investigación. Todos los miembros de la clase tenían que traer algo relacionado con el Sistema Solar: libros, cuentos, artículos, vídeos de Youtube, etc. Todo servía para recopilar un poco de información adicional a con la que contaban en el libro de texto. Los niños y niñas eran los protagonistas del sistema de aprendizaje y la información fluía de manera horizontal, haciendo partícipes a todos en el proceso investigador.

planetario

La implicación de los alumnos fue tal que incluso uno de los alumnos trajo una planetario hecho con bolas de poliespan y otro imprimió una imagen gigante del sistema solar que sirvió a la clase de Patricia para la segunda fase del proyecto.

Una vez habían recopilado toda la información sobre el Sistema Solar en esa pequeña investigación era el momento de ponerla a prueba con la ayuda de los Beebots. Estos  robots educativos infantiles nos permiten programar sus movimientos de manera muy sencilla. El alumno puede decidir exactamente a qué punto debe dirigirse el robot y para eso se sirve de un sencillo sistema de coordenadas ordenado por cuadrículas. Con todo preparado, la maestra organizó un pequeño concurso.

– Nuestro beebot debe dirigirse al planeta de los anillos…

– ¡Maestra, ese es el planeta Saturno!

Los pequeños estaban entusiasmados programando los movimientos de su robot siguiendo las instrucciones de Patricia a la vez que recordaban qué planeta es gaseoso, qué es un satélite, cuál es el planeta más grande o el más pequeño, el más cercano o más lejano al Sol. La motivación del alumnado crece exponencialmente con este tipo de actividades en las que el elemento lúdico se convierte  en educativo casi sin que se den cuenta.,

«El siguiente paso va a ser disfrazar a nuestro beebot de astronauta y, por qué no, construir un cohete espacial que le permita recorrer libremente todo el Sistema Solar», concluye Patricia.

No es la única compañera que ha trabajado con los beebots en clase. En el siguiente vídeo podéis ver un ejemplo que grabó nuestra compañera María Moriana.