Con la relajación de las medidas de confinamiento es muy importante detectar y aislar los casos de COVID-19 para evitar una segunda oleada que sea aun más grave que la primera. Hasta ahora se ha seguido un modelo de entrevistas a los casos confirmados, para tratar de localizar a las personas con las que han tenido contacto, para proceder a su aislamiento y mitigar la propagación del virus. Las ‘apps’ para móviles permiten otro enfoque, que se ha seguido por ejemplo en Corea del Sur o Singapur. Hoy os contamos cómo funcionan para que entendamos sus ventajas y también sus limitaciones y riesgos.

En primer lugar os mostramos una simulación realizada con placas micro:bit para explicar cómo funciona el modelo centralizado, en el que tiene que existir una autoridad central -que en España podría ser, por ejemplo, el Centro Nacional de Epidemiología- que se encarga de algunas tareas:

 

 

Existe otro modelo de aplicaciones descentralizado, que parece que es la orientación que quiere seguirse en Europa. Y para entender las diferencias y las limitaciones que presenta cada enfoque os dejamos un vídeo de una charla de Nuria Oliver, una de las mayores expertas en inteligencia artificial en el mundo y Comisionada de la Estrategia Valenciana de Inteligencia Artificial, realizada en el marco de las Jornadas «Derecho Público ante el COVID-19: Apps de seguimiento, privacidad y transparencia en la crisis»:

 

 

Es probable que en unas semanas cada persona tenga que tomar la decisión de utilizar o no una ‘app’ de este tipo, así que esperamos que este artículo pueda servir de ayuda para que tengamos una opinión más clara e informada sobre sus potenciales posibilidades y riesgos.

 

La imagen de cabecera es de chuttersnap en Unsplash