Una de las cosas que más nos gusta en Programamos es conocer historias de niños y jóvenes que están aprendiendo a programar con nuestros recursos, tal como hacíamos hace unas semanas con la entrevista a Luces nocturnas, una gran programadora de 9 años. Hoy seguimos en esta línea para conocer a Nico Rodríguez, un estudiante de Bachillerato que ya programa juegos como esta maravilla: Star Destroyer.

 

Nico es un estudiante de 2º de Bachillerato del IES Gonzalo Nazareno de Dos Hermanas (Sevilla). Su profesora, Luisa Pennacchia, es una buena amiga de Programamos, puesto que ha participado en varias jornadas, eventos y cursos formativos con nosotros. Y para estas semanas de clases a distancia han estado usando los materiales de nuestro curso de Scratch de Hackea la Cuarentena.

Nico nos cuenta que quiere ser ingeniero informático y que es un gran aficionado a los videojuegos. Pero también le encanta la música, sobre todo el jazz. Toca el saxo y ahora está aprendiendo a tocar el piano. De hecho Nico piensa que «una buena banda sonora puede arreglar las carencias en películas y juegos». Ahora entendemos por qué la experiencia sonora es tan buena en Star Destroyer, un juego al que dedicó «13 horas de intenso trabajo» y cuya idea nació como un reto junto a su hermano un día que estaban aburridos en su cuarto. Pero, ¿de dónde vino la inspiración?:

Me basé un poco en los típicos juegos de ese estilo de consolas antiguas, como Play Station 1 o Super Nintendo, por eso busqué darle un toque retro con personajes y animaciones hechos a lo «pixelart» […]. También me inspiré en el clásico R-TYPE para tomar las ideas de hacer luchar a una pequeña nave contra una armada, el desplazamiento lateral y una última batalla contra un jefe que busque poner al jugador al límite, todo eso mezclado con un final para darle un toque de humor al juego.

Así nos explica Nico por qué le gusta tanto la programación:

La programación no es fácil, te obliga a aprender varios lenguajes, a comprender lo que estás haciendo y percatarte de tus propios errores para así solucionarlos, pero el producto final merece totalmente la pena, pues sabes que ha salido de ti y que es tu «obra maestra», por lo que debes estar orgulloso.

Aunque, ojo, que también tiene un aviso a navegantes 🙂

Para todos los que lean esto, apoyo que estudien programación, pero que no esperen frutos inmediatos, pues esto conlleva lo que se suele decir, lágrimas, sudor y sangre. Y gran trabajo conlleva un gran producto.
Pero este esfuerzo del que habla Nico, muy en línea con la idea de diversión dura de Seymour Papert, tiene sus recompensas:
Miles de gracias por la entrevista, me encanta el apoyo que he recibido y las buenas críticas que se le ha dado a mi pequeño juego. Me hace ser la persona más feliz del mundo.

Si quieres aprender a programar juegos tan chulos como el de Nico, puedes hacerlo desde casa con nuestros recursos gratuitos del portal Hackea la cuarentena. Y si tú también has seguido nuestro cursos y te apetece contarnos cómo te ha ido -o si eres docente y quieres presentarnos a tu alumnado-, estaremos encantados de que nos escribas y nos cuentes tu historia: contacta con Programamos.